Ricardo Santos
153 (Febrero 09, 2009)
Imagino, la arena besándote los pasos y el agua del mar besándote los pies…
Imagino, acariciándola entre tus manos, aquella paloma blanca, y en un instante, revoloteando y alzando vuelo… y tú… regalándole libertad…
Imagino, tus labios llamando a los míos, y los míos… presintiendo tus besos…
Te imagino, comprando en el mercado, confundiéndote entre colores y la gente…
Imagino, tu pelo bailando con la música del viento…
Te imagino, repartiendo amor por el mundo, humildad. Ternura, tu coraje, tu determinación, tus brazos alrededor del necesitado…
Te imagino, persignándote y rezando, tu devoción al platicar con lo divino…
Te imagino, cuando llueve en tus ojos, gris, frágil, las razones y los fragmentos de las emociones comprimidas en tus lágrimas y tu sudor…
Imagino, tu cuerpo escondiendo el sol, y el sol radiante exponiendo el contorno de tu silueta…
Imagino, tu alborozo, tu sonrisa repartiendo alegría y el ruidoso sonido de tus carcajadas…
Te imagino, inventando, construyendo una historia y su teatro, jugando y entreteniendo en el mismo nivel, con los niños…
Imagino, tu boca y su movimiento, la fuerza que llevan las palabras, cuando dices “Te Amo “
Imagino tus ojos cuando tienen hambre, la manera en que tus ojos devoran mis poemas…
Imagino, las gotas de lluvia, cayendo sobre tu piel, besándote todo tu cuerpo, deslizándose y llevándose tu esencia y el sabor de tu sudor para hacer germinar la tierra…
Te imagino… te imagino… y cuando te imagino… mis emociones se alteran…
Mis sentimientos se engrandecen…
Te imagino amándome…
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